Paradigma Egocéntrico: La usura y el lavado de conciencia

Agregando otra polémica al indefendible fenómeno de la usura, y sobre el cual deberíamos ahondar, he comprobado que muchas de las instituciones financieras y personas que se dedican a la especulación -y a la usura- participan activamente en fundaciones, organizaciones sociales y otras causas –espirituales, religiosas, asistencia a los pobres, movimientos ecológicos-. Me pregunto ¿es posible practicar la usura y ocuparse genuinamente del bien común?.

Mi apreciación: “son tiempos de correr los velos que obnubilan nuestros discernimientos: quien destruye las posibilidades de vida digna de millones personas es, simplemente, un depredador, y como tal, no tiene interés en la evolución de la humanidad”. Un mínimo googleo del nombre de los principales exponentes de la usura financiera nos permite constatar que casi como “su alter ego” aparece una Fundación con igual denominación; en uno –la institución financiera- cobra “descomunales intereses” apropiándose de la energía de millones; en la otra –la fundación- aporta “algún mínimo granito de arena”, que dicho sea de paso, es también “un negocio muy beneficioso” dado que estas organizaciones tienen la posibilidad de obtener donaciones y fondos con prerrogativas impositivas y financieras.

Según lo entiendo, lo dicho es sólo la “punta del iceberg” del enorme discernimiento que como humanidad debemos realizar para modificar el paradigma vigente y poner proa hacia uno que nos permita un correcto fluir de la energía humana y planetaria.

Margarita Llada, autora del libro El Poder Creador de la Conciencia